Aunque la finalidad de la Formación Profesional es formar profesionales para su incorporación a un puesto de trabajo, los titulados de FP de Grado Superior (Técnico Superior) pueden acceder a sus estudios universitarios en función del ciclo cursado, estableciéndose un acceso preferente a las ramas del conocimiento relacionadas con los estudios cursados.
El procedimiento de ingreso cambió durante este curso (2010-2011), de forma transitoria, pues de cara a la admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado en las que se produzca un procedimiento de concurrencia competitiva (es decir, en el que el número de solicitudes sea superior al de las plazas ofertadas), las universidades públicas utilizan para la adjudicación de las plazas la nota de admisión que corresponda, en la que se tendrá en cuenta la nota media del Ciclo Formativo, las dos mejores calificaciones de los módulos de los que se compone el mismo y los correspondientes parámetros de ponderación (que dependen de la relación entre el Ciclo Formativo y la rama del conocimiento a la que pertenece la Titulación de Grado a la que se desea acceder).
En cuanto al procedimiento de admisión a partir del próximo curso 2011-2012, los estudiantes de FP y Enseñanzas Especiales podrán presentarse a una fase específica especial, con características similares a la fase específica de los alumnos de Bachillerato. Así, las universidades públicas utilizarán para la adjudicación de las plazas la nota de admisión correspondiente, que se calculará con la nota media del Ciclo Formativo de Grado Superior, las calificaciones de los dos ejercicios superados en la fase específica y los parámetros de ponderación de los ejercicios de la misma fase. Además se eliminan los cupos de acceso anteriormente establecidos para los alumnos de Formación Profesional.
No obstante, debemos tener en cuenta que estas pruebas serán realizadas bajo el mismo currículo de Bachillerato. Una medida claramente discriminatoria, y mal justificada en que los Técnicos Superiores coparon más del 80% de las plazas en determinadas titulaciones, cuando este hecho fue favorecido por el procedimiento de acceso establecido para el año 2010-2011.
Hasta ahora, los estudiantes de Ciclos Formativos tenían reservadas entre un 7% y un 30% de las plazas de cada carrera universitaria y no competían con los de bachillerato por las mismas plazas. Sin embargo los estudiantes de Bachillerato y de FP ahora deberán competir por las mismas plazas universitarias a pesar de tener sistemas de obtención de su nota media distintos. Esto supone un endurecimiento de las condiciones de acceso, no solo para los Técnicos Superiores, sino también para los alumnos de Bachillerato, que deben superar una situación de doble criba.
Este cambio se ha producido a causa de la modificación, por parte del Gobierno, del Decreto que regular el acceso al sistema universitario desde los Ciclos Formativos de Grado Superior (Orden EDU/3242/2010, de 9 de diciembre), inspirado por las formulaciones y por el papel que la nueva Ley de Economía Sostenible otorga a la FP; que no recomienda la continuidad directa de estos alumnos en el sistema educativo universitario, por motivos de ajuste de las condiciones educativas a las necesidades del mercado.
El endurecimiento del acceso a la universidad para estudiantes de Formación Profesional y Bachillerato, el hecho de obligarles a competir en concurrencia competitiva, unido a las deficiencias en la inversión pública en educación, la subida de las tasas universitarias y la creciente adaptación del sistema educativo a las necesidades del mercado (a través del EEES y la LES, que profundizan en la relación centro de estudios-empresa) están convirtiendo la educación en un negocio, reflejo de un modelo productivo obsceno, basado en la competitividad, en la privatización del beneficio y la socialización de los perjuicios.
La educación debe avanzar hacia la gratuidad como bien y servicio público, avanzar hacia la calidad como un modo de formar profesionales cualificados, que puedan acceder a puestos de trabajo dignos y aportar su conocimientos al progreso social, científico y moral.